Chequeos clave para detectar alteraciones metabólicas, hormonales o cardiovasculares antes de que aparezcan síntomas.
A partir de los 40 años, el cuerpo experimenta cambios fisiológicos que afectan la energía, el metabolismo y el sistema cardiovascular. Realizar un seguimiento periódico de estos cambios mejora la prevención de enfermedades y ayuda a mantener la salud durante la mediana edad y etapas posteriores. Distintos expertos coinciden en que los análisis de sangre son uno de los métodos más fiables para evaluar el estado interno del organismo.
1. Colesterol: equilibrio esencial para el corazón
El colesterol se divide entre HDL (bueno) y LDL (malo), y mantener su equilibrio es fundamental para la salud cardiovascular. Ambos tipos cumplen funciones relevantes, como la reparación de vasos sanguíneos y el correcto funcionamiento del organismo. Cuando el LDL se eleva, crece el riesgo de aterosclerosis, obstrucción arterial e infarto.
El NHS recomienda niveles de HDL superiores a 1,0 mmol/L (milimoles por litro, unidad para medir el colesterol en sangre) en hombres y 1,2 mmol/L en mujeres, y LDL por debajo de 3,0 mmol/L. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere mantener el colesterol total por debajo de 5,0 mmol/L y el colesterol no HDL (colesterol total menos el HDL e incluye todas las partículas de colesterol “malo”) por debajo de 4,0 mmol/L.
Desde los 40 años, la capacidad de eliminar LDL disminuye, de modo que resulta crucial controlar sus valores mediante ejercicio y una alimentación rica en fibra y grasas cardiosaludables, como frutos secos y pescado azul.
2. Función tiroidea: clave para la energía y el metabolismo
La tiroides regula el metabolismo, la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal. Es importante evaluar los niveles de tiroxina (T4) y triyodotironina (T3), ya que un desequilibrio provoca fatiga, aumento de peso y alteraciones del colesterol.
El hipotiroidismo afecta a un 10% de la población, y la prevalencia en mujeres mayores de 60 años se sitúa entre el 12% y el 20%. Tras detectar un problema, un nutricionista puede orientar sobre ajustes en la alimentación y el sueño.
3. Testosterona: relevante para hombres y mujeres
La testosterona disminuye a partir de los 30-40 años en ambos sexos, lo que repercute en la salud cardiovascular, el peso y el bienestar emocional. Es importante saber dónde están tus niveles de testosterona porque, con el apoyo adecuado, es posible aumentarlos de nuevo, lo que mejora la salud cardiovascular y puede evitar un aumento de peso innecesario.
En hombres, el NHS considera óptimos los valores entre 10 y 25 nmol/L (nanomoles por litro); sin embargo, pueden aparecer síntomas molestos si bajan de 15. La medición requiere supervisión médica, y si los resultados son bajos, es recomendable consultar a un especialista.
4. Glucosa y HbA1c: prevención de diabetes tipo 2
La glucosa en ayunas y la hemoglobina glicosilada (HbA1c) son indicadores clave para detectar la diabetes tipo 2. La HbA1c refleja el promedio de los niveles de glucosa en sangre durante los últimos dos o tres meses, lo que permite evaluar el control a largo plazo de la glucosa.
Un nivel de HbA1c entre 5,7% y 6,4% indica prediabetes, mientras que un nivel de 6,5% o superior sugiere diabetes tipo 2. Detectar estos niveles elevados a tiempo permite implementar cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable y ejercicio regular, para prevenir el desarrollo de la enfermedad.





