Matías Garcilazo, un comerciante de 35 años con más de 86 mil seguidores en Instagram, fue detenido tras una serie de allanamientos que desbarataron una red de apuestas ilegales dirigida a menores.
El fiscal Daniel Ichazo encabezó un operativo de 70 allanamientos en el conurbano bonaerense, que culminó con la detención de Garcilazo en una mansión de un country en Pilar. La investigación lo vincula a una asociación ilícita dedicada al juego clandestino, que utilizaba plataformas como Instagram y YouTube para atraer a adolescentes. En sus publicaciones, Garcilazo exhibía símbolos de lujo, como relojes Rolex y autos deportivos, y promocionaba apuestas en vivo, incluyendo sorteos de implantes mamarios.
La organización operaba mediante “cajeros” que revendían fichas a través de aplicaciones de mensajería como WhatsApp y Telegram. Además, se descubrió una encuesta realizada en escuelas de Berazategui, Quilmes y Florencio Varela, que reveló que el 15 % de los estudiantes había apostado online, y más del 80 % lo había hecho tras ver publicidades en redes sociales. El 42 % de los jóvenes que apostaron indicó que el riesgo de adicción les “da igual”.
Garcilazo, quien también figura como socio en una empresa de indumentaria, fue arrestado junto a su pareja, Paula Villafañe, ex empleada de una guardería infantil, acusada de ser su principal cómplice. Otras ocho personas fueron detenidas en el marco de la causa, que continúa bajo investigación.
Este caso pone en evidencia el uso de las redes sociales como herramienta para la promoción de actividades ilícitas dirigidas a menores, y destaca la necesidad de una mayor regulación y control en plataformas digitales.





