El conductor reveló el profundo proceso personal que lo llevó a replantearse todo: de una infancia infeliz y una carrera marcada por el éxito y la presión, a una crisis que lo obligó a mirarse hacia adentro y reconciliarse con su historia y su familia.
Julián Weich abrió su corazón y contó cómo un profundo proceso personal lo llevó a transformar su vida. Recordó que su infancia estuvo marcada por la infelicidad y la búsqueda constante de aprobación, algo que lo empujó hacia los escenarios y la televisión. “Buscaba afuera lo que no encontraba adentro”, confesó el conductor, al repasar los años en los que el éxito, el dinero y la popularidad no lograban llenar su vacío emocional.
En el punto más alto de su carrera, Weich enfrentó una depresión silenciosa que lo obligó a frenar. “Me asusté cuando en vez de querer matarme quería morirme”, reveló, al describir el momento en que comprendió que su vida necesitaba un cambio profundo. Fue entonces cuando decidió alejarse del sistema, de la exposición y de la rutina que lo mantenía atrapado en un personaje.
“Un día reuní a mis hijos para pedirles perdón”, relató con honestidad. Desde ese gesto, aseguró, comenzó un camino de reconciliación consigo mismo y con su entorno. Hoy, Weich dice haber despertado su espíritu y encontrado en la simpleza, la naturaleza y el silencio un nuevo sentido para su vida.





