En Neuquén crece el malestar por la forma en que se definieron las postulaciones libertarias. La designación de Nadia Márquez por decisión de Karina Milei y Lule Menem generó críticas por la falta de participación local y el avance del centralismo porteño en la política provincial.

“Las candidaturas se definieron a dedo, sin consultar a quienes venimos trabajando en el territorio. No representan al electorado ni entienden los problemas de la provincia”, señaló uno de los referentes desplazados del armado provincial.

La polémica se profundizó cuando surgieron denuncias sobre subsidios millonarios recibidos por instituciones administradas por la familia de Márquez, lo que generó aún más distancia con el electorado libertario neuquino, que esperaba figuras con discurso coherente frente al ajuste sobre las provincias impulsado por el gobierno nacional.

El malestar también alcanzó a sectores del propio oficialismo provincial, que ven con preocupación el avance del modelo de conducción vertical desde Buenos Aires, similar al que históricamente ejercieron los partidos tradicionales. En ese contexto, varios dirigentes advirtieron que el proyecto libertario corre el riesgo de perder legitimidad en el interior del país, si no logra construir representaciones genuinas y comprometidas con las realidades locales.

En un escenario donde el federalismo vuelve a ser tema central, la situación de Márquez y las designaciones de La Libertad Avanza en Neuquén ponen en evidencia las tensiones entre el discurso del cambio y las viejas prácticas del centralismo político, que la propia fuerza decía venir a combatir.

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