El fútbol argentino despide a una de sus figuras más queridas y respetadas. Miguel Ángel Russo, símbolo de trabajo, humildad y liderazgo, murió este martes a los 68 años. Su trayectoria marcó a generaciones de jugadores y entrenadores, tanto por sus logros deportivos como por su calidad humana.
A lo largo de su extensa carrera, Russo dirigió a más de una docena de equipos en el país y en el exterior, pero su nombre quedará especialmente ligado a Boca Juniors, club con el que ganó la Copa Libertadores en 2007. También tuvo pasos exitosos por Vélez Sarsfield, Rosario Central y Estudiantes de La Plata, entre otros.
Su último partido como técnico fue el 21 de septiembre, cuando Boca enfrentó a Central Córdoba. A partir de entonces, su salud se deterioró y permaneció en su domicilio bajo cuidados médicos. La noticia de su fallecimiento generó una profunda conmoción en el ambiente futbolístico, que hoy lo despide con enorme tristeza y gratitud.





