Tras radicarse en Estambul con Mauro Icardi, la actriz eliminó la mención a “cantante” de sus redes y habría terminado su vínculo con Multitalent. El enojo estalló cuando la empresa la usó como ejemplo negativo en sus cursos: “No hagan lo que ella hace”.
Eugenia “La China” Suárez continúa redefiniendo su carrera desde Turquía, y lo hace con movimientos que reflejan decisiones estratégicas y rupturas profesionales.
Desde Estambul, la actriz sorprendió a sus seguidores al eliminar la palabra “cantante” de su biografía de Instagram, dejando visible únicamente su identidad como actriz y su usuario de TikTok. Este gesto fue interpretado como el inicio de una reorientación definitiva de su perfil artístico, centrándose en la actuación.
Pero el cambio no quedó allí. Un dato que llamó la atención fue que también eliminó de su perfil la mención a Carolina Nolte, su amiga y representante por años, aunque dejó etiquetada a la empresa Multitalent.
Según versiones difundidas por medios como La Nueva, su relación con Multitalent estaría rota tras más de una década de vínculos. Lo que más habría alterado a Suárez es que en los cursos de la agencia se habla del “marketing personal” y la nombran explícitamente como un ejemplo de lo que no debe hacerse en el medio: “No hagan lo que ella hace”.
Fuentes consultadas señalan que lo que despertó la furia de la actriz fue que, durante esas clases, se mostraban marcas que ella habría perdido por su manejo con la prensa, y además se establecía un contraste entre su conducta y la de Pampita, usada como ejemplo de lo que sí “se debe hacer”.
El periodista Santiago Sposato, citado en varios medios, expresó que no se trataría de una baja relación directa, sino de “una puñalada por detrás” de parte de la agencia hacia la actriz: que usaran su nombre sin su consentimiento para fines formativos —un uso promocional sobre el cual Suárez no habría sido informada ni consultada— habría sido el motivo de quiebre.
Este conflicto coincide con la decisión visible de modificar su perfil digital y “mostrar menos” de su pasado musical, al menos públicamente. La estrategia parece apuntar a un posicionamiento más limpio, menos fragmentado: actriz antes que cantante, con énfasis en su rol profesional y personal desde Estambul.
La combinación de estos movimientos —cambio de definición artística, reacomodo de equipo y enfado público con su agencia— pone en evidencia que Suárez está tomando distancia de lo que considera usos indebidos de su imagen y del modo en que se gestiona su marca personal.
El escenario es complejo: en un medio saturado de gestión de imagen, rupturas con agencias suelen volverse focos de atención. Para la China Suárez, esta es una nueva etapa en la que busca redefinir su narrativa con herramientas propias.





