El boleto de colectivo ya no es un número fijo. En Buenos Aires, cada viaje implica revisar si la SUBE está registrada, calcular el tramo, y cruzar los dedos para que no haya otro aumento.
Desde septiembre, los precios se ajustaron otra vez: el subte supera los $1.000 por trayecto, y los colectivos arrancan en $529, pero pueden trepar bastante más.
La diferencia entre tener la SUBE registrada o no se volvió clave. Muchos usuarios, sobre todo adultos mayores y estudiantes, se vieron obligados a actualizar sus datos para no pagar casi el doble.
Mientras tanto, las líneas nacionales mantienen tarifas más bajas, generando una especie de mapa tarifario desigual dentro del AMBA.





