Línea: la titular del partido Frente Grande denunció «manipulación» en el armado de listas y cuestionó que se premie a «alguien que ya traicionó al movimiento».
La candidatura de Juan Manuel Urtubey continúa generando fuertes tensiones dentro del peronismo, especialmente entre los sectores más tradicionales del movimiento. La presidenta del Frente Grande expresó su rechazo a la postulación, señalando que “un traidor como él no puede ser premiado” y poniendo en cuestión el criterio político que llevó a incluirlo en las listas. Sus declaraciones reflejan el malestar de una parte de la militancia que ve en Urtubey a un dirigente que en el pasado se distanció del kirchnerismo y promovió alianzas que fueron consideradas contrarias a los intereses del espacio.
En este marco, la dirigente denunció “manipulación” en el armado de listas, acusando a ciertos sectores de priorizar acuerdos de poder antes que la coherencia ideológica. Para ella, permitir que alguien como Urtubey tenga un lugar destacado dentro del peronismo es un error que puede desdibujar los principios históricos del movimiento. Este tipo de cuestionamientos refleja la persistente tensión entre los sectores que buscan ampliar las alianzas electorales y aquellos que prefieren mantener una línea de mayor fidelidad doctrinaria.
El caso de Urtubey es particularmente polémico porque, tras haber sido gobernador de Salta, adoptó posiciones que lo alejaron del núcleo duro peronista. En reiteradas oportunidades criticó el rumbo del kirchnerismo, lo que le valió el calificativo de “traidor” por parte de algunos dirigentes y militantes. Su regreso a la escena nacional, ahora como candidato en un espacio peronista, revive viejas heridas y reaviva la discusión sobre los límites de la unidad dentro del movimiento.
Estas críticas, sin embargo, también dejan entrever una disputa más amplia por el control de las candidaturas y la representación interna. Mientras algunos sectores defienden la inclusión de Urtubey como una estrategia electoral para captar voluntades más allá del núcleo duro, otros consideran que es un retroceso que debilita la identidad del peronismo. En este clima de divisiones y acusaciones cruzadas, la candidatura de Urtubey se convierte en un nuevo eje de controversia rumbo a las elecciones.





