Argentina consolidó su reputación sanitaria con base en controles rigurosos. El reciente intento de Tecnovax por ingresar una vacuna que no superó pruebas clave, y la posterior habilitación exprés del Gobierno para permitir su importación, reabren un debate necesario: ¿puede sostenerse la calidad cuando se relativizan las exigencias que la garantizan?

Tecnovax busca ingresar al mercado argentino una vacuna antiaftosa —fabricada en Brasil bajo el nombre Ourovac— que no superó las pruebas técnicas exigidas por el Senasa. Según informó el organismo sanitario, el producto fue rechazado tras comprobarse que no cumplía con los estándares mínimos de estabilidad térmica y potencia, condiciones indispensables para garantizar su eficacia en el contexto productivo local.

Pese a este rechazo técnico, el Gobierno nacional emitió una resolución exprés (338/2025) que habilita a Brasil como país autorizado para exportar vacunas veterinarias a la Argentina. La medida, tomada durante una jornada electoral, generó sorpresa e inquietud en el sector agropecuario, donde se advirtió el riesgo de flexibilizar criterios que históricamente aseguraron la trazabilidad y calidad sanitaria del país.

El episodio reaviva el debate sobre los límites entre apertura comercial y resguardo sanitario, en un contexto donde bajar los estándares no solo afecta la salud animal, sino también la credibilidad del sistema regulatorio argentino.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/rectificacion-expres-por-brasil-la-jugada-sorpresiva-por-una-norma-que-hizo-el-gobierno-en-medio-de-nid19052025/

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