El padre José Manuel Fernández analizó el impacto de la muerte del pontífice argentino y el camino que se abre en la Iglesia Católica.
El padre José Manuel Fernández, doctor en Teología y Derecho Canónico, dialogó con Rivadavia AM 630 sobre la muerte del papa Francisco y el futuro de la Iglesia. Sobre su legado, afirmó: “Era muy reciente todo lo que llegaba desde el Vaticano. La muerte del Papa revitalizó su legado, su figura de pastor de unidad, y deja una sensación de orfandad. Más allá de la cercanía personal que cada uno haya tenido con él, la sensación generalizada era esa: de orfandad”. Y añadió: “Ahora tenemos una cabeza que es la figura de unidad, pero también el desafío de seguir su mensaje hacia adelante”.
Respecto a su trabajo por la paz, Fernández destacó: “Hasta el último día promovió el fin de las guerras. No solo de la guerra de Ucrania, sino de las decenas de conflictos en el mundo”. En este sentido, consideró significativo el reciente encuentro entre Donald Trump y líderes europeos: “Fue como un último milagro de Francisco, ver sentados dialogando a quienes antes promovían la guerra”.
Sobre una eventual canonización, aclaró: “Mucho se habló en estos días, pero el proceso de santificación en la Iglesia exige requisitos muy estrictos. Primero debe comprobarse la existencia de milagros atribuidos a su intercesión y pasar por un proceso que suele ser largo”.
Consultado por la modernización administrativa que impulsó Francisco, explicó: “Francisco quiso mostrar una Iglesia cercana a la gente, que no ponga obstáculos, sino que resuelva los problemas. Impulsó la dimensión pastoral por encima de la estricta aplicación de la ley canónica. Fue un cambio profundo y no le fue fácil, porque la resistencia interna siempre existe”.
En cuanto al próximo cónclave, señaló: “La película ‘Cónclave’ refleja algunas cuestiones reales, aunque de forma dramatizada. El proceso de elección de un nuevo Papa busca, ante todo, la elección de un hombre que sea capaz de guiar a la Iglesia en su misión espiritual y su interacción con el mundo”. Y agregó: “Habrá cardenales de 94 países. Muchos de ellos no se conocen entre sí, lo que lo hará más universal que nunca”.
Finalmente, Fernández concluyó: “Francisco nos deja una Iglesia más comprometida, más humilde y más dispuesta a bajar al territorio, a acercarse al corazón de la gente. Ese será su verdadero legado”.





