Mientras crecen las tensiones entre Washington y Beijing, la administración Milei intenta mantener vínculos con ambas potencias. La Casa Rosada niega presiones para cancelar el swap con China y trabaja en visitas a Trump y Xi Jinping.


En un contexto de creciente confrontación entre Estados Unidos y China, el Gobierno argentino procura mantener una posición de equilibrio diplomático. Pese al alineamiento ideológico del presidente Javier Milei con los Estados Unidos y sus aliados, en la Casa Rosada insisten en que la relación con Beijing seguirá siendo “estrictamente comercial”, sin condicionamientos.

Las tensiones escalaron tras las declaraciones del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, durante su reciente visita al país. Luego de reunirse con el presidente y con el ministro de Economía, Luis Caputo, Bessent acusó a China de apropiarse de recursos estratégicos y fomentar el endeudamiento en África, además de deslizar que Argentina podría cancelar el swap de monedas con el gigante asiático.

La respuesta de la Embajada de China no se hizo esperar: rechazó “categóricamente” las acusaciones y denunció una campaña de difamación. Destacó que el acuerdo financiero con Argentina fue clave para la estabilidad del país y facilitó el respaldo del FMI. Además, advirtió que algunas figuras buscan sembrar discordia entre China y sus socios estratégicos.

Desde el oficialismo, sin embargo, niegan que haya existido una sugerencia formal para cancelar el swap, renovado recientemente por USD 5.000 millones hasta 2026. “El Presidente tiene una relación comercial con China, y no hubo ningún pedido al respecto”, aseguró un alto funcionario. El propio Milei negó públicamente que Bessent haya mencionado el tema.

La Casa Rosada trabaja en reforzar la agenda internacional. Milei planea viajar a Washington en mayo para reunirse con Donald Trump y avanzar en la implementación del Acuerdo Marco de Comercio e Inversión (TIFA), firmado en 2016, así como en un acuerdo arancelario que habilite condiciones más favorables para Argentina.

Al mismo tiempo, se mantiene vigente el compromiso de visitar China antes de fin de año, en el marco de un encuentro bilateral con Xi Jinping que se programaría para noviembre. La reunión fue pactada durante el G20 en Río de Janeiro, y aunque aún no se oficializó la agenda, se espera que permita consolidar la relación económica bilateral.

Entre los gestos cruzados de las potencias y los intereses comerciales en juego, el Gobierno argentino busca no quedar atrapado en una disputa geopolítica que, lejos de apaciguarse, sigue profundizándose. La apuesta: sostener relaciones pragmáticas con ambos lados sin renunciar al ideario liberal que Milei expresa en público.

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