La historia de Coca-Cola comienza en 1886 en Atlanta, Georgia, donde el farmacéutico John Stith Pemberton buscaba crear un remedio para aliviar dolores de cabeza y problemas digestivos. Inspirado por los jarabes de soda que estaban ganando popularidad, Pemberton combinó jarabe de azúcar, extracto de hoja de coca y nuez de cola, creando una bebida que no solo era refrescante, sino que también prometía beneficios para la salud. Pemberton comenzó a vender su mezcla en la fuente de soda de su farmacia, donde rápidamente ganó aceptación entre los clientes.

El siguiente paso en la evolución de Coca-Cola llegó con Frank M. Robinson, el socio de Pemberton, quien sugirió el nombre «Coca-Cola» y diseñó el icónico logotipo en cursiva. A medida que la bebida ganaba popularidad, Pemberton decidió enfocarse en su producción y distribución. Sin embargo, en 1888, Pemberton falleció y su socio, Asa Candler, tomó las riendas del negocio. Candler implementó estrategias de marketing innovadoras, como la distribución de cupones de prueba y la colocación de anuncios en periódicos, lo que impulsó aún más las ventas.

Para principios del siglo XX, Coca-Cola ya se había consolidado como una de las bebidas más populares en Estados Unidos. Con el tiempo, la marca expandió su presencia a nivel mundial, convirtiéndose en un símbolo de cultura y refresco. A través de los años, Coca-Cola ha enfrentado desafíos y competidores, pero su esencia sigue siendo la misma: una bebida que, más allá de sus ingredientes, ha logrado conectar a personas de diferentes culturas y generaciones.

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